Permitidme comentar lo que para algunos -entre los cuales también me incluyo de vez en cuando, ¿porqué no?- podrían denominar chorradas metafísicas.
Leí, hace tiempo, como siempre no recuerdo
donde, debía ser en algún libro de viajes no muy reciente e imagino que para
algunos bastante romántico, algo que no voy a poder explicar literalmente, otra
vez por falta de memoria, pero cuyas ideas, adaptadas, deformadas y aparcadas
dentro de mí, venían a explicar más o menos lo siguiente.
El autor comentaba que existían a lo largo y
ancho del planeta como una serie de líneas "magnéticas", por llamarlas de algún
modo, como "caminos energéticos" ( a partir de aquí sigo yo, con mis disculpas
para ese autor) de las más diversas intensidades que atraviesan el globo
cruzándose entre sí, creando en esos cruces, espacios mágicos , -o más o menos
"lugares de poder" como diría Don Juan en sus enseñanzas- , en los que el
viajero ya no necesita ninguna o casi ninguna predisposición interior para
sentir un real e incluso incontrolado henchimiento del alma, un gozo sublime
interior, o un , como se dice en algún
foro virtual, profundo orgasmo espiritual.
Pero la verdadera particularidad de estos
lugares podría ser lo inevitable de estas situaciones, y que esto viniera
realmente de fuera, sin que ni siquiera contase para ello la voluntad del
viajero, vamos que ya no sería el "todo depende con el ojo que se mire" sino que
vendría de fuera hacia dentro, asaltando, con alevosía y sin permiso, hasta al
viajero menos "buscador" de estos temas, pero eso sí, en diferentes intensidades
y de distintas maneras.
Si esto ocurre, se quiera o no, el viaje ya ha
pasado a ser un viaje espiritual, si es que alguno no lo es.
Si todo esto que intento explicar, fuese en
realidad algo más, que simples erupciones de un alma en pena que casi siempre
está lejos de donde quiere estar, se podría afirmar, que en
muchas partes de Marruecos, y sobretodo, en sus regiones montañosas y desérticas menos arrasadas por el turismo, existe una verdadera
concentración de estas líneas, las cuales se cruzan este sí, creando como
grandes zonas mágicas, se podría decir marruecamente ¿barakalizadas?, que el
viajero puede aprovechar para que su viaje sea algo más que el tópico y típico,
pero real, viaje de los sentidos.
Lo extraño y lo increíble es la fuerza y la
intensidad con que estos "fenómenos" sacuden estas tierras y gentes, a mí sólo
se me ocurren, a lo largo de mi siempre escasa vida viajera, otro par de lugares
o tres en los que la magia inunde y arrase al afortunado incauto que por allí
aparezca.
Los síntomas son claros, pero que nadie se
piense que es llegar y besar el santo, hay cosas que en mayor o menor grado nos
entorpecen el tener un buen orgasmo espiritual, primero el tiempo, cuanto más
tiempo tengamos de serenarnos y tranquilizarnos mejor, es bueno dejar pasar más de dos
semanas, para purgarse, pasar las primeras cagaleras, que se nos vaya el dolor
de cabeza debido en algunos lugares a la sequedad del ambiente, esa laxitud y
ese estar tan cansino en ocasiones, pasar las primeras desconfianzas y
extrañezas etc...El coche estaría bien que sólo sirviera para ir y venir,
aseguro que el mismo pedregal que tengamos enfrente puede resultar cada día
mucho mas fascinante que el anterior, el caminar se convierte en el auténtico
lujo, el automóvil está como de sobra...El silencio es otro as en la manga, el
viaje en solitario es, por ello entre otras cosas, altamente
recomendable, si no imprescindible.
Después que cada uno llegue a donde pueda o
donde quiera pero los primeros síntomas son claros, sensación de gozo intenso,
piel de gallina y pelos erizados, sentidos
"extra-sensoriados", "tubo o pelota" en la boca del estómago, escalofríos en
forma de latigazos por toda la espina dorsal, fascinación por el detalle de lo
pequeño, embriaguez natural no provocada, sumisión absoluta
ante la grandeza de lo que nos rodea, inundaciones y miríadas de humildad (todo esto ni meditación ni nada, estoy hablando
de un paseo...), la eterna sensación de lo eterno, de que hay "algo" más, la
posibilidad - por ínfima que sea- de la existencia de algo
parecido a Dios para el no creyente mas ortodoxo...
Y para terminar, pasando de preocuparse
demasiado de encontrar o no estas gentes y lugares, son imanes, tarde o temprano
pasaremos por su campo de acción y nos irradiarán, sólo es necesario un poquito de atención y
sensibilidad, no mucha, son como el anillo famoso ese que desea ser
encontrado, es casi inevitable, casi tanto como su paulatina destrucción a base
de globalización, capitalismo salvaje, preventivas guerras democráticas, economía de paro total,
calentamiento mundial, turismo en masa y a lo guarro, hormigón y cemento, liberalizaciones que esclavizan, balanza de
pagos...mi tesoro, mi tesoorooo...
uuyy que mal rollo, lagarto,
lagarto
1 comentario:
Eso es!
Conozco un lugar así en Marruecos... una zona totalmente "barakizada", donde cada día es un orgasmo espiritual!!
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